miércoles, 12 de marzo de 2008

Conformismo vs Aferramiento

Hay veces en la vida en las que tenemos que saber perder y debemos aceptarlo, pero hay otras en las que no podemos o más bien no queremos. La vida está llena de contradicciones. Por un lado las personas dicen que hay que resignarnos cuando no logramos lo que queremos o cuando hay algo que no podemos evitar, pero por el otro dicen que hay que luchar por lo que uno quiere... entonces ¿qué es lo que de verdad debemos hacer? ¿o será que el consuelo para unos es la resignación y para otros es no rendirse? ¡Entonces hay consuelos para todos! Sólo es cuestión de escoger el que más nos convenga. Pero a los que se resignan, la gente les dice "conformistas" y a los que siguen luchando, los llaman "aferrados", o peor, "traumados". Es en este momento cuando llegamos a un dilema: ¿qué puedo hacer? ¿a quién le hago caso?...

¡Ay no!, ¡Basta de confundirme más!... mejor hago lo que yo quiera sin importar lo que todos piensen, porque al final lo que yo hago es para mi y no para aquellos que me dan consejos que nisiquiera los siguen.

¿No es paradójico eso? Si la gente que nos rodea nos da sus consejos de una forma muy segura ¿por qué no los siguen? Pues por miedo. Cuando ellos sienten lo mismo que nosotros sentimos, se tragan sus "sabias palabras".

¿Y por qué sigo divagando? Si al final el ganar o perder depende de todas las cosas que yo considere manipulables. Si hay algo que quiero y está al alcance de mi mano, obviamente lo voy a conseguir y estúpidamente celebraré mi logro. Pero si no consigo eso mismo que está al alcance de mi mano, será por la invasión del conformismo; cuando me dé cuenta de lo que perdí, me sentiré frustrada y por lo tanto seré una persona perdedora.

¿Y que pasa con aquello que no podemos manipular? Es en esas situaciones cuando nos entra la desesperación y lo único que hacemos es sufrir. Eso es un poco egoísta; sólo pensamos en nosotros mismos. Un consuelo sería que no somos las únicas personas en el mundo que vivimos cierta etapa dificil; aunque si lo planteamos mal, esto se interpretaría: "¡Qué bueno! ¡Que sufran igual que yo!"... no es bueno celebrar la desdicha de los otros.

Lo mejor es dejarnos llevar por los retos que nos plantea la vida, analizarlos para ver si podemos llegar a la meta y planear una estrategia para obtener aquello que deseamos. Esto no es cuestión de conformismo y aferramiento, es cuestión del enfoque de nuestra realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario