martes, 14 de julio de 2009

Filosofando una vida



ENANITOS VERDES - NO ESTUVO TAN MAL


"Tengo esta tristeza, tengo esta alegría,
tengo tantas ganas de vivir la vida..."

A veces la vida puede ser lentamente corta. Hay personas que por muy jóvenes que sean, viven (o mas bien se dan cuenta de ello) tragedias las cuales no pueden superar.

Aunque la vida trate de recompensar las tristezas con las alegrías, las primeras no nos dejan valorar al cien porciento las segundas. Es por eso que algunas veces buscamos alternativas, instintivas algunas veces y superficiales otras, para poder olvidar aquello que nos atormenta.

A pesar de ello, tenemos gente a nuestro alrededor que nos ayuda a salir adelante; a veces no nos damos cuenta de ello pero sí, ahí están echándonos la mano para lograr una vida más amena.

Aquellos "chalanes" que aparecieron por algo que tenían en común con la víctima de la vida, se convierten en una palabra más sentimental: "AMIGOS". Pero irónicamente, aquella víctima también hace el mismo rol.

Cuando vemos a un amigo que por sentido común pensamos que va a estar ahí por mucho más tiempo, lo único que tenemos en mente es: "mañana le digo..." o "el próximo cumpleaños le voy a regalar..."; también cuando estamos junto a esa persona, solemos pensar: "le queda toda una vida por delante"; ¿Pero y si no? A veces sería mejor que cuando veamos a esa persona, pensemos todo lo contrario a lo anterior, así no sufriríamos cuando nos dejara.

Marco Lira: Te doy las gracias por haber estado conmigo cuando yo lo necesitaba. Gracias por contarme lo que me contabas. Gracias por las horas que pasábamos en tu cubículo riéndonos de la vida. Gracias por mi guardiana (la tengo aquí a un lado junto con aquel post-it azul). Gracias por el desmadre verbal. Ya extraño aquel efusivo "¡Lupita Leijaaaaaaaaa!" que decías cuando nos topábamos o cuando te visitaba al cubículo (ahora luce tan vacío). Sé que ahora ya no sufres y que te acabas de convertir en el ángel de la guarda de tu hija; sí, ya por fin la podrás ver todos los días de su vida, sólo espero que no te vayas a olvidar de mi por favor, ni de todos a los que les dabas consejos ni a los (o más bien las) que te encantaba "cocorear". Ah, también gracias por tu gran aporte en la conferencia sobre el libro de aquel periodista en el que tu grandiosa crítica fue, en pocas palabras, que los dibujitos fue lo único que te gustó.

Te vamos a extrañar Marco Lira, pero ya por fin no estás sufriendo, y nosotros debemos aprender a hacer lo mismo.


¡DESCANSA EN PAZ MARCO LIRA, DESCANSA EN PAZ!