miércoles, 21 de noviembre de 2018

Sin palabras...

Hombres: si una mujer está triste, pide un abrazo, un beso, y sabes que está en esa época de “manojo de sentimientos” en serio NO LE GRITES. Aunque sea una tristeza “sin sentido”, sigue siendo una JODIDA TRISTEZA. Abrázala, acariciala, hazle sentir amada unos cuantos pinches minutos de tu vida.
Que Dios me perdone por lo que voy a decir pero: ES DE MISÓGINOS no tener tolerancia a la menstruación.

viernes, 2 de noviembre de 2018

Llorona

“El que no sabe de amores, llorona, no sabe lo que es martirio”

Ella envidia la mortalidad. No sabe cómo matar lo que lleva por dentro: su corazón con un amor inmortal.

La llorona tenía años, casi una década en sentir aquello por él. Sabía las virtudes y padecía los defectos de aquel hombre que le despertó algo nuevo, algo increíble y para la mala suerte de ella, él tocó la fibra del amor inmortal.

¿Pero cómo era posible? ¿Cómo alguien capaz de lastimarla, de mentirle constantemente es capaz de también hacerle sentir algo mágico?

Ella por las calles observa y admira cómo los enamorados caminan juntos, presumiendo su amor, tomados de la mano profesando las ganas de no separase nunca; a ella le conmueve ver esas escenas, mientras continúa con su caminata, sola, y una lágrima recorriéndole su mejilla aparece junto con la fantasía de estar compartiendo aquel recorrido con él.

Ya no soporta la inmortalidad, ya no tiene la fuerza para recibir una puñalada más y luego darse cuenta que su corazón se vuelve a formar y que esté listo para seguir amándolo y que él lo vuelva a apuñalar, se regenere, y así sucesivamente...

La llorona tiene miedo. Miedo de volver al bucle infernal de la inmortalidad. La llorona ya no quiere llorar de tristeza, por una vez en su vida quiere saber qué es llorar de felicidad, porque sabe que esas son las únicas lágrimas que valen la pena.

La llorona llora porque añora llorar lágrimas de la felicidad.