viernes, 14 de marzo de 2014

Bitácora de un corazón roto

Día 1: No sé cómo sucedió, pero así fue. En un instante tus palabras se hicieron frías, sin sentido para el corazón al momento de decodificarlas. Supuse que tal vez era yo la que no podía comprenderlas. Así que esperé a que pasara otro día para sentir esa paz que a pesar de todo siempre era la más fuerte.

Día 2: Dejaste de ser el mismo, ya no me decías las palabras que te caracterizaban en este mundo que creamos. Fue como si en él hubiera ocurrido algún tipo de desastre natural. Pero después de la tormenta siempre llega la calma.

Día 3: Pocos cambios, no se restauraba. Había algo que no sentía igual. La paz no volvía... ¿Acaso habrá otra réplica del sismo que se acababa de vivir?

Día 4: Salió un rayo de sol. Las nubes empezaban a dispersarse. Los días grises parecían irse.

Día 5: Un muro empezó a construirse y comenzaba a taparte. Sólo podía ver tu frente, y algunas partes de tu silueta desde los orificios de aquellos ladrillos. 

Día 6: El muro creció, no te veía. Nuestro mundo se hizo oscuro, más lúgubre que cuando había sólo nubes. Hacía frío. Necesitaba tu calor, tu protección. Tengo miedo.

Día 7: Así como Dios con su creación y que descansó al séptimo día, pareciera como si tú lo hubieras retrocedido. Ya no había nada. Sólo oscuridad. El mundo desapareció. Pregunté qué pasaba. Tú no decías nada.

Día 8: De pronto entre el muro y entre la oscuridad, pude reconocerte. Te iluminaste al decir que conmigo soñabas, vivías, respirabas y hacías las locuras más grandes.

Día 9: La oscuridad te tragó. El universo de tu cuerpo ya no estaba. Intenté buscarte en ese limbo y tu respuesta fue "NO".

Día 10: Ese extraño "adiós" que aún me carcome. ¿Dónde estás? Háblame más fuerte, no te veo. ¡Grita, por favor! Quiero encontrarte, reconstruyamos ese mundo, no lo dejes morir.

Día 11: No estás. Cómo me gustaría regresar el tiempo y volver a vivir ese último día que nos vimos. Te hubiera dicho más, te hubiera hecho más, te hubiera...

Día 12: Aún en el universo, parecido al de tu cuerpo, te sigo buscando. A veces te encuentro, pero es como una estrella fugaz.

Día 13: Aún está oscuro. Veo luces, pero no brillan ni se siente el mismo calor. No son las mismas. No es la tuya.

Día X...: Unas galaxias se crean, otras se destruyen. Me pregunto si tú harás otra... Yo me pregunto lo mismo respecto a mi. Hoy quedan residuos de nuestro mundo, de nuestros seres que ahora están débiles. Se mueren. Quieren buscar otros mundos para vivir... Duele. No estás... 
Pero de ahora en adelante, cuando vea una estrella fugaz me acordaré de ti.