lunes, 19 de septiembre de 2011

A mis 23...

Este año de mi vida tuve muchísimas enseñanzas, las cuales en Twitter les llamo #Moraleijas, y aunque éstas las publico con la mejor intensión y con un toque de humor, hay otras que no me cupieron en 140 caracteres, además de que tampoco tenía "cara" para hacerlo público.

Pues bueno, al parecer uno o dos días después de haber cumplido 23 años, viví una experiencia difícil la cual no creí que iba a pasar. En efecto, como se pueden dar cuenta en mis posts anteriores hablaba mucho de la amistad, y sentí que por estupideces e incluso por malentendidos y malas decisiones, eso se convirtió en un gran enredo. A pasos de bebé trato de enmendar esa situación, y creo que he tenido logros, además de que le tengo fe a la frase "el tiempo lo cura". No quiero publicar nombres, pero si parte de esa gente que estuvo involucrada este problema está leyendo este post, de todo corazón les quiero pedir una disculpa. JURO que no era mi intensión hacer daño, y creo que desde antes de haber vivido ese mal momento les demostré que no soy el tipo de persona que hace ese cosas horribles, sólo creo que una parte fue por chismes en los que nos vimos involucrados y otra fue por malentendidos, pero repito, por mi parte ofrezco una disculpa.

Otra cosa interesante que aprendí a los 23 fue que hay personas que no tienen ningún respeto por su familia, que buscan dañarla sin importar el sufrimiento que puedan causar. Con esta enseñanza, se liga que hay hombres maricones que agreden físicamente a las mujeres y la ley lo toma como un delito MENOR (y luego nos preguntamos por qué México sigue siendo un país machista y tercermundista).

También aprendí el valor del trabajo y de las ganancias. Por primera vez (y tal vez última, quién sabe) ayudé a pagar la colegiatura para estudiar una especialidad, la cual terminé hace 2 semanas. Creo que jamás le había echado tantas ganas a la escuela como en esta última etapa.

Por otra parte, en el trabajo conocí gente que me ha orientado en mis labores y como persona; además comencé a tener frente a mi las definidas y muy distinas personalidades de los niños debido a su carácter nato y por las situaciones que viven a su alrededor.

Una experiencia que volví a vivir después de 5 años, fue el regreso de la Rondalla. Cuando regresé a los ensayos, mi guitarra se estaba vengando de mí por no haberla tomado como prioridad durante mis años en la universidad, pero ya me está perdonando.

En general esta etapa de mi vida fue muy rica en enseñanzas, creo que sí crecí como persona; y como le dije a un amigo "yo no puedo señalarme como una persona ya madura porque me estaría cerrando a las enseñanzas que adquiriré más adelante". Muchas gracias 23 años, te extrañaré.