viernes, 18 de abril de 2008

Un deseo

...Te miro a lo lejos. Siento aquel estremecimiento que me ha acompañado desde hace poco tiempo, pero desde el primer día que nació, rápidamente empezó a hacerse más fuerte. Por fin me miras y le agradezco a aquella fuerza divina por haber logrado que lo hicieras. Te acercas lentamente hacia mi y por primera vez me hablas, con tus ojos, y tu boca sonríe... la mía te corresponde de igual manera. Sólo tomando mi mano logras que todo mi cuerpo tiemble.

De la manera más tierna tus brazos me toman y me acercas cada vez más a ti. Miras mis labios y luego cierras los ojos, inconcientemente logras que yo también lo haga...

Y los rayos del Sol de la mañana me separaron de ti...